9.19.2007

El Trauco.


Por Franco Caballero Vásquez.



"La soledad que siento en el bosque me ahoga de mi propia existencia. La angustia se disuelve mejor tejiendo. Cansado estoy YA, de tantas mujeres conquisTAR; por mucho disimular mi belleza con este disFRAZ pienso que el encanto es algo en mi, natuRAL; que mis ojos brillan ante las señoritas al igual que el sol apoyado en el MAR y mi mirada penetrarte aún no puedo oculTAR. Ninguna de las preciosas damas, mi corazón ha sabido lleNAR, aunque insistan tanto y solo mi cuerpo quieran toCAR, yo soy como ese marinero que besa y se VA. Todas las noches sueño, en medio de todos estos árboles, que una princesa digna de mi un día llegARÁ y me dIRÁ: Chauco deja de tejer porque la felicidad conmigo esTÁ. Estoy conciente del odio que la gente tiene contra MI y que ¡tanto al fuego me quieran lanZAR! o el Pahueldún quieran encontrAR; me aterra el fuego y la galla no comprende el encanto que mi cuerpo da a enseÑAR, es cierto que busco mujeres que me quiten esa soleDAD, no es mi intención hacerlas embaraZAR, y si se visten de rojo mas entusiasmo existe en MI por quererlas atraPAR, es debido a que ese pájaro que viste de castaño y los pastores gorriÓN lo nombRAN, me sopló una noche que me pilló de llantos, que la mujer, fiel compañera MÍA hasta la muerte, de rojo debía anDAR. Los chilotes cansado al Trauco tienen YA, pero mis pies (si es que se les puede decir así) más de un kilometro no saben andAR y menos me servirán para poder naDAR; ¡qué fortuna la mía de justo nacer en una isla que prisionero parece tenerme y en el fuego quizás mis días terminaRAN!. Quizás mi dama hermosa en esta isla no aparezCA y yo con mi soledad del bosque me vuelva feo de verDAD, y voluntario me diriga hacia el collín que desde los pies me empezará a queMAR."

Y el gorrión dejó de leer y se fue a volar al mar...